En la crisis humanitaria venezolana los pacientes con cáncer y VIH son los más afectados, estos últimos no tienen antiretrovirales para prevenir lo peor.
La crisis humanitaria que ha ahogado al país en el más inmenso de los caos ha tocado diversos aspectos, pero, el ámbito de la salud ha sido el más preocupante. Deambular de hospital en hospital se ha vuelto rutinario entre quienes padecen cualquier patología, el llanto de niños con cáncer que piden quimioterapias para poder vivir y la desesperación de los pacientes con VIH, a quienes esa condición poco a poco los arrastra hacia la muerte, encabezan los titulares de los medios venezolanos.
En el mes de abril diferentes representantes de fundaciones abocadas a denunciar la crisis humanitaria advirtieron que los medicamentos, que pueden paliar los efectos o el desarrollo del VIH SIDA, se encuentran escasos y que la presencia de los mismos, en las diferentes farmacias de los centros de salud especializados en el tema, alcanzaban sólo hasta el mes de junio; dos meses después la fecha tope llegó y el panorama se agudiza.
Hay un subregistro de personas infectadas por la escasez de reactivos, sin estos no puede ser diagnosticado el VIH.
Según las estadísticas presentadas por las organizaciones: Azul Positivo y Fundación Humanitaria por la Vida, alrededor de 61 mil pacientes con VIH SIDA se encuentran en riesgo, por la escasez de antiretrovirales y de la totalidad de casos registrados, 7 mil de ellos se encuentran en el Zulia; en esa lista que engrosa la cantidad de portadores en la entidad que forman parte de la crisis humanitaria se encuentra Erwin Coronel, a quien llamaremos de esa forma para proteger su identidad, quien hoy vive en carne propia la crisis humanitaria en Venezuela.
“Soy VIH, no quiero morir”
Erwin fue diagnosticado con VIH hace dos años, permaneció durante años con la condición sin saberlo, hasta que su sistema inmunológico se fue deteriorando poco a poco y el SIDA comenzó a manifestarse, buscó ayuda para estabilizar su salud y la consiguió, pero hoy en día teme morir, porque a pesar de que los pacientes con VIH SIDA pueden alargar su vida bajo un estricto tratamiento, este no se consigue en Venezuela.
“Hace ya dos meses dejé el tratamiento con antirretrovirales porque ya no hay en el país, lo que se está despachando es para casos más avanzados…, ya tuve una recaída porque una neumonía casi acaba con lo que me queda de vida…, mis cambios físicos se notan más, es algo que ya no puedo disimular, además de la neumonía tuve una giardiasis y tampoco había medicamentos para tratarla. En los hospitales cuando dices que eres VIH te discriminan”, exclama Coronel.
Este joven asegura que en una oportunidad quiso atravesar la frontera colombo-venezolana en búsqueda de Viraday, uno de los medicamentos que necesita para cumplir su tratamiento de vida, pero que las complicaciones para poder hacerlo fueron muchas y decidió no arriesgarse. Manifiesta que, no hay otra cosa que desee más que retroceder el tiempo, pues revela que siente la muerte muy de cerca ante la negativa del gobierno en no solventar la actual crisis humanitaria.
“Yo soy VIH y no me quiero morir, así como tampoco quiero que siga muriendo gente por falta de medicamentos”
“Lo que nos dicen es que esto va a tardar en arreglarse y sé que muchos al igual que yo no tenemos ya tiempo, estamos en una crisis humanitaria de salud y se supone que el gobierno nacional nos debe garantizar los medicamentos porque sólo con eso podemos vivir…, no sé qué va a pasar en unos días, cuando esté más descompensado”, exclama Coronel.
Pide al gobierno nacional aceptar la cooperación internacional que se ha solicitado desde diversos sectores del país para paliar la crisis humanitaria y a no poner trabas, pues es la vida de muchos la que está en juego.
“No aceptar la colaboración de otros países porque no les gusta el nombre de ayuda humanitaria y además pedir que esta sea por intercambio es absurdo ¿Qué vamos a intercambiar? ¿Enfermos? Porque así estamos la mayoría de los venezolanos”, manifiesta con rabia Coronel.
Coronel teme a que otra recaída producto de las llamadas “enfermedades oportunistas” afecte su sistema inmunológico, pero mucho más en no tener como afrontar la situación.
En la actualidad hay un desabastecimiento de reactivos en todos los niveles. Los laboratorios públicos presentan demasiadas carencias y los privados enfrentan cerca de 80% de escasez de los insumos para realizar pruebas esenciales.
Jhonatan Rodríguez, presidente de la Fundación StopVIH, aseguró durante una protesta días atrás, que debido a la crisis humanitaria siguen muriendo personas por complicaciones asociadas al SIDA, que continúan naciendo niños con VIH, y que cada día más jóvenes se infectan con el virus.
Personas con VIH en huelga, porque no hay antirretrovirales, no hay leche maternizada, no hay fármacos para tratar infecciones oportunistas, personas con VIH siguen siendo discriminadas y un sinfín de carencias», advierte Rodríguez.
Semanas atrás siete organizaciones en pro de los derechos de personas con VIH SIDA introdujeron ante el Tribunal Supremo de Justicia un recurso para solicitar a la corte constitucional que actúe para obligar el presidente Nicolás Maduro y a la ministra de Salud, Luisana Melo, a garantizar los derechos a la salud y a la vida, no solamente a las personas con VIH, sino de todos los afectados por condiciones de salud.