El 2015 ha sido el año de mayor escasez en las últimas tres décadas, en Venezuela, según cifras extraoficiales. La falta de productos tradicionales en los mercados y perfumerías ha sido el escenario propicio para la aparición de nuevas marcas sustitutas en plena crisis económica.
Aunque en lo que respecta a los cosméticos los clientes suelen desarrollar altos estándares de fidelidad, la escasez ha despertado los instintos de supervivencia y quienes utilizan champú, acondicionador, cremas hidratantes y demás productos han tenido que optar por «lo que hay».
Es común ver en los anaqueles marcas desconocidas de productos limpiadores para el hogar. Lo mismo ocurre con los jabones de baño, cremas hidratantes, champú y acondicionador.
«Uno ve ahora unas marcas raras, pero si eso es lo que hay, ni modo… Ya uno no puede andar escogiendo, sino que hay que agarrar lo que se consiga», dijo una señora encuestada en Caracas.
Las grandes empresas con marcas comerciales reconocidas en el mercado se quejan de que no pueden producir como en años anteriores por la falta de divisas para importar, en algunos casos, materia prima. Mientras tanto las compañías pequeñas y algunas artesanales crean en la medida de lo posible y se abren paso en el mercado venezolano.