Para adaptarse a la crisis económica, los venezolanos han tenido que hacer cambios en su estilo de vida.
La crisis económica ha hecho que los venezolanos cambien su estilo de vida para adaptarse a la situación. En El Correo del Orinoco echamos un vistazo a lo que cambió en 2015.
Uso de nuevas marcas
Ante la escasez han tenido que optar por utilizar nuevas marcas, las que se encuentran en los mercados. Ya no existe la posibilidad de elegir lo que se quiere comprar, sino que únicamente se cuenta con lo que se consigue.
Remedios caseros
La falta de medicinas también ha jugado un rol importante en los cambios de vida; los venezolanos son cuidadosos de no enfermarse, pues en las farmacias falta desde un analgésico hasta antibióticos y tratamientos para la tensión. En algunos casos, buscan opciones naturales como tés e infusiones para intentar paliar los efectos de las enfermedades.
Generosidad a medias
La solidaridad y generosidad siempre ha sido un rasgo característico de los venezolanos; sin embargo, ante la dificultad que representa adquirir ciertos productos en la Venezuela actual, esto ha mermado. Algunos han optado por el trueque, pero en otros casos prefieren revender.
Alimentación
Los altos precios y el desabastecimiento han cambiado la alimentación de los venezolanos. Por la falta de pollo y carne, algunos tenían como fuente de proteína el huevo; sin embargo, por la escasez de estos desde los últimos dos meses del año se han quedado sin opción en este sentido.
Productos sustitutos
Las tradicionales arepas han comenzado a hacerse con avena en sustitución de la harina de maíz que no se consigue actualmente con facilidad.
También ha comenzado a utilizarse el papelón y la miel en vez de azúcar refinada y algunas mantequillas en sustitución de aceite vegetal.
Hay quienes han aprendido a elaborar en casa la mayonesa por lo difícil que se ha vuelto conseguirla en los supermercados.
Menos actividades recreativas
Las actividades recreativas son de las que más han aumentado en el último año. Una ida al cine para dos personas puede costar hasta 4 mil bolívares. Esto ha hecho que los venezolanos prefieran realizar reuniones en sus casas antes que salir a comer en algún restaurante, pues los altos precios tampoco lo permiten.
En este caso, ya no es el anfitrión el encargado de todo lo que tiene que ver con los alimentos y la bebida, los invitados llevan lo que tomarán y comerán.