Habitantes de Ciudad Guayana claman por medidas que reduzcan el índice de criminalidad en la zona, cuya cifra de asesinatos va en ascenso.
Era de esperarse, los guayaneses no se sorprenden, pero sí se lamentan. En Ciudad Guayana sigue aumentando el índice de criminalidad, en el que la mayoría de los casos quedan impunes. Los diferentes planes en materia de seguridad, el último de ellos la Operación para la Liberación del Pueblo (OLP), no han dado frutos positivos. Entre los guayaneses crece el temor por la inseguridad apoderada en las calles de la región.
Al menos 547 homicidios, según cifras contabilizadas por los medios de comunicación, se registraron en Guayana durante 2015, 11 más que en 2014. El mes más violento fue enero con 55 asesinatos, seguido de septiembre con 53 muertes violentas.
“No es solo los planes de seguridad. Se necesita una depuración de los cuerpos policiales, porque muchas veces ellos son cómplices y hasta los autores de los delitos que se cometen”, denunció un señor que prefirió mantenerse en el anonimato.
Las parroquias de San Félix siguen siendo las más violentas, más de 380 asesinatos se registraron en esta zona de Guayana; la mayoría de las víctimas son jóvenes entre 17 y 30 años de edad. Cabe destacar que las cifras oficiales, ofrecidas por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), no incluyen en registro los crímenes calificados como pasionales ni los ajustes de cuenta.
El asesinato de ‘Mon’
Tal como ocurrió con el asesinato de la ex Miss Venezuela y actriz, Mónica Spear, el 6 de enero de 2014, Guayana no olvida el asesinado de Edmon Jesús Bautista Acosta, de 61 años de edad, mejor conocido como ‘señor Mon’, dueño de una lunchería en el sector Los Olivos de Puerto Ordaz.
La conmoción llegó a los guayaneses la mañana del 13 de marzo. Mon salía a eso de las 5:30 am con su esposa y hermana a la lunchería Monyca, a la cual dedicó su vida y esfuerzo desde su llegada de Colombia a Venezuela.
Un sujeto se bajó de una camioneta y lo apuntó con un arma, la víctima intentó huir pero ya era tarde, fue herido de una bala que le perforó un pulmón, llegando sin signos vitales a su traslado a la clínica.
La conmoción por este asesinato no fue porque ‘Mon’ fuese una figura pública, era un ciudadano como cualquier otro, pero lo que los guayaneses reconocían era su trayectoria como comerciante.
“Llegó de Colombia. No vino a robar, vino a trabajar. Poco a poco logró montar su negocio, que es un punto referencial en Guayana, no hay persona que no haya probado las arepas, el toddy y la salsa de ajo de Mon”, recordó Marisela García. Hoy el negocio continúa, pero si la presencia del recordado Sr. Mon.