Ir a consultas médicas en Puerto Ordaz significa gastar al menos un sueldo mínimo.
Prevenir, cuidar de la salud y chequear que todo esté orden no resulta fácil para los venezolanos, pues los elevados costos de las consultas médicas hacen que los pacientes pospongan exámenes de rutina o una evaluación necesaria.
“Yo gasto entre 12 mil y 14 mil bolívares cada vez que llevo a mis hijos al pediatra”.
María Gallardo, madre de dos niños, uno de seis meses y otro de dos comenta que ese, es precisamente su salario laboral mensual.
Su esposo, debe encargarse entonces de los demás gastos del hogar. “Comprarme ropa, darme un lujo como ir a la peluquería se me pone difícil, es que ni siquiera he podido ir al odontólogo a hacerme una limpieza, eso me sale por lo menos en cinco mil o seis mil bolívares”, agrega.
Anmarie Oropeza tenía dos años sin vistar a su ginecólogo de confianza.
“Llamé el lunes para pedir la cita y mi sorpresa es que la consulta está en Bs. 2500 y la citología en Bs. 600, y eso sin contar si me manda a hacer algún examen o comprar medicamentos. Y yo lo que gano es sueldo mínimo”.
Privado o público
Las alternativas para quienes no pueden optar a un servicio privado es, en efecto, hospitales públicos, módulos asistenciales, Centros de Diagnóstico Integral, pero no todos confían en la calidad que le puedan ofrecer.
A algunos, como José Pérez, le ha funcionado. Mis pastillas de la tensión que no se consiguen, allí me las han dado gratis, me examinan y me ponen mis inyecciones para los dolores en la cadera… no he tenido ningún problema”.
La versión de Magdalena Ricaurte es diferente.
“Me llamaron del colegio de mi hijo porque se sentía mal, lo llevamos a módulo que queda cerca de la casa… lo peor fue cuando de la escuela me vuelven a llamar porque, como mi hijo tenía el uniforme del colegio, la doctora se comunicó con la dirección de la escuela para avisar que se había equivocado y le dio a mi hijo el medicamento que no era… casi se nos muere, se le bajó la tensión, tenía mucho mareo… lo llevamos a un hospital porque no tenemos dinero para pagar una clínica”.
Pese a sus pocas posibilidades económicas, hay quienes prefieren todavía hacer un esfuerzo e invertir el monto necesario para una consulta médica privada, pese a lo costosa que pueda resultar.