Comerciantes deben ajustar precios de los almuerzos lo que trae pérdidas porque cada semana los proveedores aumentan facturas entre el 20 y 30 por ciento.
Atrás quedaron los tiempos de bonanza y el comercio de comida sin estrés, porque las pérdidas están a la orden del día. En Aragua los expendedores de comida reportan pérdidas de hasta un 45 por ciento. De una semana a otra los proveedores entregan facturas con un aumento que oscila entre el 20 y 30 por ciento.
Ricardo Da Silva es propietario de un puesto de comida en un mercado popular de Maracay. Allí trabaja con su madre desde niño. Lleva 27 años como comerciante y asegura que jamás había vivido una situación de estrés y angustia para mantener el negocio familiar.
No consigue harina PAN, con la que prepara las arepas que ofrece como acompañante de los platos, e ingrediente básico en la preparación de las empanadas para los desayunos que también expende. Pero tampoco encuentra arroz ni pasta para los contornos de los platos que vende aún a precios solidarios en comparación con otros restaurantes.
Un menú ejecutivo que comprende sopa, seco y jugo son Bs. 600. El plato seco oscila entre los 450 y 500 bolívares. Da Silva dice que no puede aumentar todas las semanas los precios de las comidas porque serían menos los comensales.
“Para subsistir y conservar las ventas he tenido que patear y salir a hacer colas en un país supuestamente productivo. No me la calo”.
Da Silva se refiere a hacer las largas colas en supermercados cuando llegan los productos de la cesta básica porque sus proveedores en muchos casos no le surten la cantidad necesaria o simplemente no le envían el pedido para laborar una semana.
Debe encomendarse a Dios que el día que le corresponda adquirir los productos según su terminal de cédula de identidad, encuentre lo que busca luego de hacer colas por varios establecimientos.
Como medida extrema, eliminó las caraotas negras que antes servía a manera de contorno en los almuerzos. El elevado precio que se ubica entre 1200 y 1500 bolívares el kilo, obliga a su preparación y uso exclusivo para la venta del tradicional pabellón, plato típico que consta de carne mechada, arroz, plátano frito (tajadas) y caraotas negras.
La situación con el sector alimentos que afecta a los comerciantes influye directamente a los consumidores, quienes deben cancelar Bs. 80 por un vaso de jugo natural, cuando el billete de más alta denominación en el país corresponde a 100 bolívares.