La crisis de los hospitales en Venezuela se agudiza cada vez más con la falta de insumos y medicamentos.
Los hospitales en Venezuela están sin insumos médicos, sin medicinas, hasta sin ambulancias. La Clínica Piar en el municipio Angostura del estado Bolívar es un reflejo de ello.
Rubén González, secretario general del sindicato de Ferrominera -empresa a la que está adscrita la clínica- acompañado del personal médico, de enfermería y comunidad en general, denunció el abandono sistemático y progresivo que ha sufrido dicha institución.
«Hoy en día el personal que ahí trabaja no tiene ni siquiera un termómetro, no hay insumo, ni material quirúrgico de ningún tipo, el desabastecimiento es de tal magnitud que no hay una libra de oxigeno; ni ningún tipo de sutura, ni de calmantes mucho menos antibióticos», denunció González.
El área de Hospitalización continúa sin aire acondicionado lo que ha traído como consecuencia la proliferación de bacterias y enfermedades respiratorias en el personal.
No tienen ambulancias, por lo que consiguieron una prestada con una fundación, pero producto de la negligencia e incapacidad de la gerente tampoco se le hace cambio de aceite y cambio de cauchos, acotó el personal.
Sintraferrominera ha hecho la denuncia reiteradamente ante la presidencia de la empresa, Gerencia General de Personal, Gerencia de Relaciones Laborales, Gerencia de Servicios Médicos y la Gerencia de Servicios Generales, y hasta la fecha no han dado ningún tipo de respuestas al respecto.
El sindicato también denunció «la actitud vejatoria e intimidatoria de la gerente de Servicios Médicos, una militar de nombre Eneida Oliveros, quien nunca ha aportado ningún tipo de solución sino que más bien llegó ordenando botar a la trabajadora Luisa Zambrano, solo por decirle la verdad en su cara».
«Ni Sintraferrominera, ni los trabajadores, ni la comunidad permitiremos que se despida a esta trabajadora pues esta militar solo ha mostrado un alto grado de indolencia e indiferencia y ha sido declarada persona no grata en ciudad Piar, ya que junto a la jefa de enfermería Amanda Pérez, se han convertido en verdugos de sus propias compañeras, humillando y jugando al cansancio de quienes con pundonor efectúan sus labores diarias», manifestó González.