Clap han generado molestias en las personas

Las constantes fallas en los Clap han generado discriminación aunado a problemas de nutrición y malestar entre los vecinos a quienes no les ha llegado el beneficio.

Han pasado más de tres meses y el Gobierno sigue sin consolidar un sistema de distribución de alimentos. Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) no han logrado ser efectivos y por el contrario, son más los problemas que las cosas positivas que se pueden sacar de este intento del gubernamental por disminuir el impacto de sus errores en las políticas de expropiación y falta de producción nacional.

“Definitivamente el gobierno sigue sin presentar correctivos de políticas públicas monetarias que ayuden al restablecimiento del aparato productivo, ellos han perdido la capacidad del impulso económico en Venezuela, y una muestra más de esa situación son los Clap, que siguen dejando a un alto porcentaje de la población sin productos de la cesta básica” refiere el economista Alejandro Rodríguez.

En cuanto al porcentaje de personas que no pueden acceder a los productos de primera necesidad, y más aún los que no reciben la “bolsa” de comida, el concejal de Puerto La Cruz, Antonio Acosta se pronunció con respecto a la clasificación de las zonas para hacer las entregas en el municipio.

“Los sectores que consideran opositores al gobierno no están incluidos en sus listas de despacho, es por ello que hemos recibido decenas de denuncias en contra de esa situación que excluye a las personas que se han mostrado en contra del actual gobierno” manifiesta Acosta.

Asimismo, el representante de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en el poder legislativo porteño sentencia que solamente el tres por ciento (3%) de la población de la ciudad ha podido recibir productos de la cesta básica desde que se inició el programa de venta supervisada de los mismos.

“Es un proceso discriminatorio, son más las personas que no reciben la bolsa. Tampoco llevan la misma cantidad de alimentos a todas las zonas. Hay sectores que reciben pollo y carne y otros no. Eso no debe ser así porque el costo es el mismo” expresa Acosta.

Niños afectados

Por su parte el concejal del municipio Píritu, Gabriel Cirilo días atrás denunció la situación de hambre que padecen en la localidad. Reforzando el comentario de Acosta, destaca que en Puerto Píritu, municipio vecino, el alcalde tiene control sobre la distribución de los alimentos, no así en la localidad que representa, donde el mandatario es opositor.

“Estamos atravesando una grave crisis, en Píritu fracasaron los Clap, por la poca capacidad que han mostrado en atender a un número importante de habitantes de la zona” refiere el dirigente.

Esta situación ha llevado que más de 1400 niños de la localidad presenten serios problemas de desnutrición, lo cual ha obligado a las autoridades municipales a establecer planes extraordinarios de abastecimiento para impedir que los casos continúen en aumento.

“Existe un 40 por ciento de los niños del municipio, que cuenta con aproximadamente 3000, están viéndose afectados por la desnutrición como consecuencia de la escasez y la poca efectividad de los Clap. En muchos de los hogares visitados no hay condiciones para alimentarse tres veces y en otros a duras penas pueden consumir alimentos una vez al día” refiere Mariola Guevara, primera dama del municipio.

Píritu, (266 kilómetros al este de Caracas) no escapa de la constante nacional donde muchos de los niños decidieron abandonar los pupitres de manera abrupta debido a que en sus hogares no podían garantizar el alimento necesario.

“Nos vimos en la obligación de organizar trabajos excepcionales como desayunos y meriendas en las diversas instituciones para incentivar a los niños, adolescentes y jóvenes a que se mantuvieran en las aulas de clase, las madres prefieren no mandarlos por la falta de alimentos” destaca la vocera.

Odio por hambre

Para agravar la situación, los Clap han motivado a que el venezolano haya perdido su principal característica como lo es la “generosidad”. Hoy los pocos productos que están en los anaqueles se han convertido en valiosos tesoros y no se escatima a la hora de luchar por ellos.

“Parece mentira, pero con los Clap ha aumentado la conflictividad entre los miembros de las comunidades. Las largas colas que hacen los ciudadanos los están convirtiendo en seres violentos” refiere Luis Tarbay, coordinador de Vente en Nueva Esparta.

Es en los sectores populares donde más se observa el resentimiento que existe por la discriminación, el marcaje de casas, los censos constantes sin respuesta efectiva y otros factores han generado un distanciamiento entre vecinos que puede ser perjudicial para solucionar problemas afines en la comunidad.

“Si pega mucho saber que a una vecina le llegó la bolsa solamente porque sapeó a quienes no apoyan a este gobierno, nos deja tragando grueso” señala Amelia, una joven vecina de un sector popular.

El desespero en las colas aunado a las fallas en los Clap, han elevado los índices de saqueos o intentos de saqueos en zonas del oriente del país. Las protestas por alimentos también se han elevado en las últimas semanas.

“Sabemos que hay una crisis, pero entendemos que es más difícil controlar los ánimos desbordados, pese a ello no se debe actuar en contra de los empresarios ni comercios, acciones como esas lo que dejan en más desabastecimiento” señala Andrés Bastardo, joven anzoatiguense militante de Alianza Bravo Pueblo.