La llegada de Donald Trump a la Casa Blanqueada está por dar sus primeros resultados para los acuerdos Obama vs. Castro en La Habana. Había un grupo de santeros, de brujas de todo color y procedencia, reunidos para ver si se cargaban al Hermanísimo, al Comandante de la Revolusión… Y, dicho y hecho: ‘El Comandante ha comenzado su revolución en otros estados’. Pasean las cenizas del dictador, como si de las de un santo se tratara. Paran delante de los grupos de gentes sorprendidas: ‘se acabó el dictador que vino de la Demanda, allí lo llevan’, y hacen un gesto de conmiseración con el que no la tuvo con ellos. Paseo de cenizas acompañada por todo el HAMBRE de la América más bella de las dos.
En un entierro de un fontanero van los cañerías de la zona, familiares y clientes apenados. Al entierro de un cafre que ha sometido a todos, menos a los suyos, castigados al hambre, la desnutrición como herencia endogámica, acuden los que son como él. Y a la quema del ron y los puros caros, se unen los que van quedando, que cada vez son menos, de los que han robado, roban y robarán los sueños de nuestros hijos, el mayor poder del mundo son sus jóvenes, en Venezuela los hay a millones, pero a nadie le preocupa. Conocí hace unas semanas a un pequeño divertido y desdentado, hijo de una venezolana maravillosa, y de un papá. Él tiene la suerte de que su mamá trabaja de ingeniero en Telefónica… Pero, qué será de esas pobres madres que ven como sus hijos se consumen, sin posibilidad de encontrar nada, ni en las basuras. Las fotos de El Correo del Orinoco, mostrando la desnutrición de nuestros pequeños, demuestran que el dinero en Suiza sirve para engordar las ya gordas cuentas de unos cerdos cuya pretensión es enriquecerse a costa de la vida de nuestros Niños.
Hace poco me sorprendía la Presidenta de Mujeres por Venezuela, Miroslava Gallardo Mejicano con la ayuda que han aportado a uno de los niños que está al borde de colapsar. Desde aquí, desde España, pido a mis venezolanos que no se dejen llevar por la manipulación, que quiere llevar a nuestras Tierras a teñirse de la sangre de nuestros Hijos. La Guerra, y más una guerra civil debe salir de la cabeza de TODOS. Hay que dialogar, aunque nos roben los clavos de las paredes. Somos un país joven, y nuestra solvencia está probada por los miles de compatriotas que llenan de alegría todos los rincones de este maldito mundo. Y, porque somos los que más reservas y mejores paisajes y paisanajes podemos ofrecer. Besos a Venezuela desde esta tierra de hiperlipémicos.