La OPS reconoció los casos de difteria en Venezuela, cuyo brote cobró la vida de de 46 personas confirmadas durante 2016.
La malaria y los casos de difteria fueron las dos enfermedades que agobió durante el año 2016 a la población venezolana, principalmente al estado Bolívar, entidad que lidera el número de personas contagiadas y fallecidas por ambas epidemias. Las alertas están por todo el país, debido a la falta de vacunas y medicinas para combatirlas, pero ahora se extiende la alarma a todo el continente americano.
Reciente la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconoció el brote epidémico de casos de difteria en Venezuela, según informó la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional.
Los casos de difteria, enfermedad que estaba controlada en Venezuela y que no se registraba padecimientos desde hace más de 20 años, reapareció en abril de 2016 en el estado Bolívar, más específicamente en el municipio Caroní. Andrea, madre de una de las víctimas aún recuerda con pesar la penuria que significó la hospitalización de su hija de cinco años, sin que los médicos supieran a ciencia cierta qué era.
“Decían que eran faringitis, después cuando supieron que era difteria, no había medicamentos, se complicó, casi no podía respirar. Al principio no querían decir lo que realmente era para que no apareciera en el acta de defunción”, recuerda.
Sin previsiones
¿Por qué no vacunó a su hija? Ciertamente la vacuna es la única forma de prevenir la difteria, pero hay otro elemento que tomó por sorpresa a los guayaneses, no había vacunas.
“La difteria es una enfermedad que estaba controlada desde hace 24 años, más no erradicada. Ninguna enfermedad está erradicada porque siempre está el riesgo de que reaparezca si no se toman las previsiones sanitarias necesaria y eso fue lo que pasó con la difteria. El Gobierno dejó de ocuparse de estas vacunas, más el grado insalubridad en Ciudad Guayana crearon todas las condiciones para que volviera la difteria, así como al sur de Bolívar sucede con el paludismo, que ahora no está solo en zonas rurales sino urbanas también”, explica el doctor Gonzalo Cepeda.
Ni siquiera hay especialistas en la materia, incluso, los médicos residentes desconocían cómo tratar la enfermedad. El benzetacil, otro de los medicamentos preventivos, tampoco se consiguen.
De acuerdo con el informe de la OPS, se reconoce que de 183 muestras de casos sospechosos o probables procesadas por el Instituto Nacional de Higiene, entre septiembre y noviembre de 2016, solo 20 fueron confirmadas con la presencia de Corynebacteriun Diphteriae (10,92%), indicando fallas en lo que respecta a las tomas de muestras bacteriológicas para confirmar el diagnóstico.
Son más de 200 casos de difteria confirmados en todo el país, habiendo fallecido 46 personas, 26 de ellas en Bolívar, donde se calcula que ocupa el 60% de los contagios, seguido de Monagas, Miranda y Apure, así como un caso confirmado en Caracas. Todos los casos, no oficiales, no son registrados por la OPS pese a la admisión del brote epidemiológico.
Malaria en Bolívar
La malaria es otra de las enfermedades que lidera el estado Bolívar, pese a que no aparecía desde hace 50 años, mientras que los casos en otras entidades se sospecha provengan de esta región. Según el presidente de la Federación Médica de Venezuela (FMV), Douglas León Natera, de los más de 180 mil casos en el país, el 80% corresponde a Bolívar.
Ese alto porcentaje de malaria se concentra en el municipio Sifontes, al sur del estado, caracterizado por ser una zona minera. De allí se han exportado casos llegados hasta zonas rurales del municipio Caroní, como la parroquia 5 de Julio.
“Mi tío trabajaba en las minas, las dos veces que vino de allá regresó con paludismo. La segunda vez le dijeron que fue porque la infección no estaba bien curada en la sangre porque no cumplió con el tratamiento”, dice Gina Arráiz, habitante de la parroquia Yocoima en Caroní.
Precisamente, la falta de medicamentos para tratar la malaria es otra de las angustias, pues además de no tratarse bien la enfermedad, las fumigaciones tampoco resultan suficientes para erradicar al transmisor de la enfermedad.
“En esas zonas mineras, boscosas, es donde normalmente está al zancudo macho que transmite la enfermedad, que es el que hay que atacar principalmente, porque ese infecta a un minero, por ejemplo, luego otro mosquito pica a esa persona y luego a otra y la contagia, y así va regándose. Si ese minero vuelve a la zona donde no se ha controlado el paludismo, volverá a infectarse, y al no limpiarse bien la enfermedad de la sangre, es más propenso a morir”, expone Aquiles Rodríguez, médico internista.
Versión oficial
A pesar de que en Venezuela no hay informes actualizados sobre epidemiología, la directora de Salud Ambiental del Instituto de Salud Pública del estado Bolívar (ISP), Ángela Martínez, aseguró a medios de comunicación que la malaria en Bolívar había disminuido 60% en los últimos seis meses.
«Los registros de los últimos 20 días muestran una disminución de casos en las zonas mineras como Kilómetro 88, El Onoto, La Bullita, la Tapaya, Morrocoy y en las zonas ribereñas del río Cuyuní», agregó.
Sin embargo, en el último mes son más de 40 casos los registrados en Puerto Libre, Puerto Ordaz, donde han muerto tres personas. “La última vez que protestamos fue que vino el del Distrito Sanitario, fumigaron esa vez pero no han vuelto más (hace tres semanas)”, afirmó Armida Díaz, habitante del sector.
El doctor Guillermo Herrera advierte, además, que casos de difteria y malaria en Bolívar y todo el país no serían los únicos males para la población. Denuncia que la falta de informes epidemiológicos oficiales impide conocer sobre casos de tuberculosis, sobre los que asegura hay registros en la entidad bolivarense y “podría estar matando más que la difteria y el paludismo, pero no son reportados”.