En una año aterrador el kilo de carne alcanzó los 1500 bolívares.
En definitiva el 2015 quedará en la memoria de los productores y expendedores de carnes en el país como un año aterrador , según lo calificó el presidente de la Asociación de Carniceros de Aragua (Carniaragua), Marcelino Fernández.
A juicio del representante del sector cárnico “en los últimos 365 días se trabajó para destruir mucho más la economía en el sector primario porque no se consiguen insumos, hay maquinaria pesada paralizada por falta de cauchos y repuestos… es mucha la incertidumbre”.
El kilo de carne de res se ubicó en el mercado más lejos aún del precio regulado por el Ejecutivo nacional, que según Gaceta Oficial, debe venderse en 240 bolívares. Un kilo del producto bovino se consigue en Maracay hasta el Bs. 1500.
“Ahora el ganado en pie está entre 580 y 600 bolívares el kilo. En los frigoríficos está llegando entre 650 en canal. El Gobierno tiene que entender que cuando sufre el proceso de desposte, se pierde 20 por ciento entre grasa, hueso, agua por lo que el precio de entrada a establecimientos ya se ubica en mil bolívares el kilo”, explicó Fernández.
De los mil bolívares el kilo, el carnicero debe sumarle entre el 20 y 22% de gastos operativos, cifra que varía en establecimientos de zonas rurales a zonas élites de la ciudad y además de los gastos operativos se le suma el 30 por ciento de utilidad para poder operar.
Nada de esto importa para los funcionarios de la Superintendencia de Precios Justos a la hora de fiscalizar las ventas en carnicerías y ordenar el expendio a precio regulado. Los comerciantes deben enfrentar esa sanción o el pago de hasta 3 mil unidades tributarias, lo mismo que Bs. 450.000.
Venta de carne paralizada
Las ventas de carne de res están relativamente paralizadas por el precio. Al menos no hay salida en los establecimientos como se observó antes de las elecciones del 6D, dijo el presidente de la Asociación de Carniceros de Aragua.
Dijo Fernández que el mercado ha caído hasta en un 30 por ciento quizás por el periodo vacacional, pues la clientela se abasteció entre 23 y 24.
No habrá carne en enero
“Para principios de año no vamos a tener producto en el mercado porque se avecina verano, quedará remanente en carnicerías y será eso lo que se venderá. Ya hay muchas fincas en las que el verano está actuando”, alertó Marcelino Fernández quien detalló que año tras año merma la producción de ganado a partir de diciembre porque no tienen buenos pastos. A esto se le suma que en los últimos tres años el sector productivo ha padecido el tema de los cambios climáticos. Apuntó que antes llovía hasta diciembre, ahora hay sectores del país como el distrito Mara del Zulia, la vía Cachirí; que no llueve desde octubre. La mortalidad del ganado es la consecuencia del fuerte verano.
En marzo el kilo de carne llegará a Bs. 2000
Fernández o dudó en afirmar que de no tomarse medidas económicas y si el Gobierno nacional continúa en su afán de no tomar en cuenta al sector primario, el kilo de carne llegará a 2 mil bolívares en el mes de marzo.
El vocero del sector cárnico de Aragua dijo que el Ejecutivo nacional debe apoyar akl productor agropecuario en cuanto a seguridad para trabajar e insumos para producir porque son dos factores que arremeten contra la estabilidad del sector.
“A partir de la Puerta del Llano no hay nadie que no haya sido víctima de la delincuencia. A quien no le han secuestrado un hijo se lo han matado y los organismos del Estado al parecer no están preparados para hacer frente a la situación o hacen caso omiso”.
La crisis de la carne solo puede resolverla el gobierno nacional
Marcelino Fernández aseguró que el Ejecutivo nacional tiene en sus manos la capacidad de revertir la crisis que atraviesa el sector cárnico en el país. El subsidio que tanto han planteado los productores es la salida, sin embargo, Fernández sostiene que la propuesta siempre queda en palabras en la cantidad de reuniones que han sostenido con representantes gubernamentales.
A esto se le debe sumar la construcción de vías de penetración a áreas rurales, crear pozos para enfrentar la sequía mediante sistemas de riego, pero no se hacen tratados o políticas con pequeños o medianos productores.