A diferencia de años anteriores, los Carnavales de Guayana estuvieron marcados por la poca asistencia de ciudadanos.
De los Carnavales de Guayana hay una imagen muy clara, la crisis que envuelve a la región, pues este año fue bastante escueta la asistencia del público y hasta de los participantes.
Las fotos hablan por sí solas, la Av. Guayana fue trancada, como todos los años, al igual que el Paseo Caroní, para contar con el desfile de comparsas de los Carnavales de Guayana, en su mayoría representando a empresas del Estado, casi todas paralizadas por baja producción o pagos incumplidos a sus trabajadores.
Por otra parte, los guayaneses reclamaron al alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo, de invertir en gastos para festejar unos Carnavales mientras el principal atractivo de la ciudad seguía siendo la basura, falta de asfaltado y calles completamente a oscuras.
Sin movilización de pasajeros
En los terminales terrestres tampoco hubo movilización de temporadistas como en años anteriores, principalmente por los altos costos de los pasajes y la falta de dinero en efectivo para pagar autobuses o carros por puestos.
Los aeropuertos tampoco ofrecían alternativos, ya que actualmente la oferta de vuelos es de 80% menos que en meses anteriores.
Solo en El Callao se mantuvieron las festividades que es parte de la cultura de hace más de 100 años. El domingo inició formalmente con la misa de las madamas, este año con Elda Marksman, la Dama del Calipso, como la homenajeada.
Al acto asistieron los ministros Ernesto Villegas y Víctor Cano, además del gobernador Justo Noguera Pietri, quien por cierto, se refirió a la masacre en Guasipati como un ataque al Ejército venezolano donde lograron dar de baja a mineros ilegales, sin especificar que se trató de al menos 18 personas fallecidas en la mina Cicapra, al sur del estado Bolívar.