En estas fechas los habitantes de San Antonio del Táchira y Ureña, ya estarían preparando los carnavales de la frontera, pero debido al estado de excepción no se atreven a hacerlo por miedo.
Todo cambió para los habitantes de las ciudades fronterizas de Ureña y San Antonio del Táchira en Venezuela, desde el 21 de agosto cuando se cerró la frontera con Colombia, se instituyó el Estado de Excepción y llegó la Operación Liberación del Pueblo (OLP), inventada por el gobierno de Nicolás Maduro.
Mireya, una joven de 19 años dice que siempre han sido “bonchones” en esa zona, y ahora los sitios sólo están abiertos hasta las 10 o 12 de la noche porque no hay libertad de reunión.
“Así que hasta la fiesta nos la quitaron, si quieren llegar y llevarnos presos por eso, ellos pueden porque no hay libertad para reunirnos. Y como todos tenemos miedo, mejor no salgo”.
José Monasterios habla del mismo tema de las fiestas. Dice que los carnavales de la frontera son los mejores del Táchira, y para esta fecha ya se estaban organizando y se preparaban las que serían candidatas a reinas, sus modistos y estilistas, esta vez ni hablan de eso: “Si para carnavales el gobierno no nos deja hacer nuestra fiesta grande, para que gastamos tiempo en preparar algo que tiene una tradición de siglos”.
“Yo siempre me he disfrazado y aquí mucha gente tiene trabajo en carnavales por la construcción de comparsas, trajes, disfraces. Este año nosotros también nos quedamos sin trabajo, yo hago comparsas. Pero la gente que venía a quedarse en los hoteles o a comer durante los carnavales tampoco vendrá y más pobreza para nosotros”.
Los sitios nocturnos, contó una joven que no se identificó, abren a las 5 de la tarde, lo hicieron la noche de Halloween, pero deben cerrar temprano, “aunque que si hay algún militar pesado «bonchando» con su novia o amigos siguen abiertos, o sólo cierran la puerta y dejan que funcionen. Aquí ahora todo es así”.