Los hipertensivos se han convertido en el gran dolor de cabeza de aquellos que sufren esa patología y de sus familiares, ya que la intensa caza de estos fármacos es diaria pues ni siquiera en el buscador de medicamentos aparecen.
La situación se recrudece cada vez que quedan dos o tres pastillas, pues la tarea titánica de reponer el medicamento se vuelve cada vez más dura, como el caso de Luis Blanco, habitante de Maracaibo, quien manifiesta que su mamá es hipertensa, por lo que recorrer farmacias es parte de su día a día.
“Actualmente uno tiene que ir a seis y hasta a 10 farmacias a buscar medicamentos, aunque nunca uno tiene la seguridad de poderlos conseguir todos”, sentencia Blanco.
Este joven asevera que, debido al grave escenario de escasez de medicamentos, sobre todo los hipertensivos, ha tenido que cambiar el indicado por los genéricos, situación que genera mayor malestar pues es mucho más imposible de conseguir.
“Me meto en el buscador de medicamentos y nada…, antes compraba el coaprovel que es compuesto, ese se desapareció por completo de las farmacias y ahora debo buscar un diurético aparte, ya que cualquier otro compuesto no se consigue”, afirma Blanco.
“En el Zulia no se consiguen, le he pedido a familiares, amigos y hasta compañeros de trabajo que se van de viaje, que recorran las farmacias para ver qué consiguen y hasta pedirle al médico varios récipes para que cada quien tenga uno y pueda buscar por su lado, porque es el mismo trajín de todos los días”, exclama Blanco.
Detalla que la escasez de hipertensivos, el racionamiento eléctrico en las horas intensas de calor, sumado a la angustiante situación del país, ha afectado considerablemente la salud de su madre.
“Yo sé que no es sólo la mía, hay demasiada gente bajo la misma situación, ya no podemos ni siquiera pensar que con el seguro se va a resolver porque hasta en la clínica la situación de crisis humanitaria es grave”, finaliza Blanco.