Comprar baterías para carros implica pasar hasta tres días en cola porque la demanda es alta y la oferta baja, los cupos en la fila varían pero en ocasiones tienden a superar el precio de la batería.
El precio de una batería en Venezuela no es el que fija el fabricante o distribuidor formal, sino el que establecen los “cuidadores “del cupo en las colas para adquirirla, por lo que comprar baterías para carros se va convertido en una odisea.
De esta manera lo expresa Haydée Peña, residente de Barcelona, quien afirma que para no tener que arriesgar la vida en la zona industrial de Barcelona haciendo cola durante días, pagó 15 mil bolívares a un “cupero”.
“Preferí pagar porque he sabido que en plena cola llegan a robar a punta de pistola, porque saben que la gente carga dinero en efectivo”, comenta.
Nuevos precios más hurtos
Los precios de las baterías para carros subieron hace pocos días. Así la más económica tiene un valor de 13 mil bolívares y el más costoso (para camionetas de última generación) 26 mil bolívares, comenta un empleado de la fábrica nacional que prefirió no identificarse, quien afirma que la demanda es muy alta y los robos la han incrementado.
La escasez que se observa en los establecimientos comerciales, obedece a la prohibición de las importaciones por parte del Gobierno de este producto, lo que trajo como consecuencia no sólo su desaparición del mercado, sino también el incremento de los robos.
“Paré unos minutos frente a una entidad financiera en Puerto La Cruz y cuando salí me sorprendió que la alarma no se encendió, pero mi sorpresa fue mayúscula, al ver que a pleno día, se habían llevado la batería», expone Ricardo Sánchez, quien afirma que ahora le cuesta el doble, sin incluir “la vacuna”.
Hasta hace cinco años, en el país existía una amplia gama de marcas, entre ellas Bosh, ACDelo, Fulgor, Mac, Duncan, entre otras, hoy sólo la Duncan de fabricación nacional se puede comprar y eso haciendo filas hasta por tres días continuos.
La única forma de adquirir el producto en forma rápida, es pagando a los vendedores de cupos, quienes exigen entre 15 y 25 mil bolívares.
Comprar el acumulador a los llamados “bachaqueros” sin tener que pasar por las colas, implica canelar entre 60 y 70 mil bolívares.