Los programas de asistencia para personas en pobreza extrema también se han visto afectados por la crisis en Venezuela.
En la mañana, al medio día o en horas de la tarde una protesta de amas de casas, hombres y hasta niños se genera en alguna vía de las ciudades de Venezuela por la escasez de comida en los anaqueles, producto de la crisis en Venezuela.
A diario más de 300 personas que hacen cola desde la madrugada en las afueras de un automercado ubicado en la capital del estado Miranda.
Esta realidad golpea día a día a las familias y especialmente a las catalogadas en “pobreza extrema”, las cuales en el caso del estado Miranda, eran atendidas desde el año 2010 a través del Programa “Hambre Cero”, mediante el cual cada mes recibían una bolsas de comida mientras eran capacitados en algún área para emprender y trabajar.
Anaís Torres directora de la Casa del Pueblo de la parroquia Los Teques, en el estado Miranda es responsable de la atención de 81 familias mediante el programa y expone que la situación es precaria debido a la crisis económica y a la ausencia de productos que afecta a todos los venezolanos
«Desde enero ha estado detenida la entrega de bolsas de comida ya que no hay despacho para la Gobernación entregársela a las familias».
«Las familias recibían 4 harinas maíz, 2 pastas largas, 2 pastas cortas, un diablito, azúcar, café, mantequilla, sardinas, 3 kilos de granos, pasta de tomate y mayonesa, es decir casi 20 kilos de alimentos y la entrega ha mermado»
Expone que los montos establecidos para la compra de comida se calcularon el año pasado y al día de hoy producto de la inflación, las cifras son insuficientes.
“Este próximo jueves vamos a entregar tarjetas de alimentación, es una especie de cesta tickets y es la opción que se ha buscado para que las familias vayan a comprar, lamentablemente haciendo sus colas. La tarjeta será de 5 mil bolívares pero no sé qué cantidad de meses podrán cubrirse”.
Cuando se proyectó la entrega de esta bolsa de comida, una harina de maíz costaba Bs. 19, hoy su precio se ubica en Bs. 190 y así sucede con el resto de los alimentos.
“Estamos luchando para que el modelo económico cambie y que los programas de alimentación vuelvan a tener el éxito que tenían en el 2010 cuando se crearon para favorecer a los más pobres de los pobres”.