Por el juego de la Vinotinto se decretó día no laborable en Guayana, pero esto no evitó las colas para comprar comida.
Un partido de futbol entre la selección venezolana de futbol, la Vinotinto, y el equipo de Ecuador fue suficiente para que el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, decretara día no laborable en Ciudad Guayana, a objeto de que toda la fanaticada pudiera disfrutar del juego y despreocuparse de sus obligaciones laborales, pero esto no evitó que continuaran las colas por la escasez de alimentos y demás productos de primera necesidad.
A tiendas Génesis en Puerto Ordaz llegó el camión con pañales y papel higiénico, pero antes de que se abriera el camión y al menos se supiera qué se iba a vender, inmediatamente se fue formando la larga cola. “No sé qué van a vender, pero ahorita uno tiene que comprar lo que se consiga en ese momento porque después no lo vuelves a ver”, dice Bárbara Sánchez al momento que llega y se ubica al final de la fila de compradores.
Más allá de poder disfrutar de un partido de fútbol, bien sea en el estadio o en su casa, los ciudadanos hicieron uso de su día no laborable (a quienes aplicaba) para poder hacer sus recorridos y colas de hambre en aquellos negocios donde no aplican la regulación por terminal de cédula.
“Yo no tengo entrada para ir a ver el juego, el dinero ni siquiera me alcanza para gastarlo en eso. Como trabajo hasta tarde no me da tiempo de estar metida en una cola, hoy es que estoy aprovechando”, afirma Zandra Bastardo minutos antes de hacer su compra.
La mayoría de los negocios trabajaron hasta mediodía, previendo a su vez que si regularmente hay déficit de transporte público, el decreto del día no laborable y la disposición de estas unidades para transportar a los asistentes al juego de la Vinotinto complicarían aún más el traslado de los empleados.