fiebre amarillaMédicos en Bolívar afirman que pacientes no cumplen sus tratamientos por falta de medicinas, incrementando las epidemias como fiebre amarilla, paludismo y zika.

Mientras menos medicinas hay, en el estado Bolívar se incrementan las enfermedades y con ellas, el aumento en la tasa de mortalidad por las epidemias que se presentan principalmente en los municipios del sur, reportándose un incremento en los casos de paludismo y fiebre amarilla, sin dejar de lado el virus zika.

En la población de Guarataro, municipio Sucre del estado Bolívar, médicos dan fe no solo de los casos de epidemia diagnosticados, sino de lo que padecen los pacientes por la escasez de medicinas.

“Las cifras reales de personas infectadas son impresionantes, aquí nos obligan a controlar los números, a enviar datos falsos para no hacerse responsables de esto, necesitamos que se sepa la verdad de lo que pasa aquí, es mi pueblo y me duele ver a mi gente pasando esto”, aseguró Nuriangela Castro, odontóloga en la zona.

Suministro irregular

Sobre este grave hecho, advirtió que al enviarse informes con datos falsos y que no reflejan la realidad de lo que pasa en el municipio, los entes encargados de suministrar los medicamentes hacen sus envíos con base en las cifras ofrecidas, las cuales no se corresponden con el cuadro clínico que hay en la zona. Eso sin contar con la irregularidad con la que se encargan de abastecerlos de medicinas.

“Una persona infectada debe tener suministro de medicamento intravenoso durante 15 días, y nunca alcanza, por lo que el paciente solo recibe tratamiento por siete días. Hacer eso solo causa que el parásito se haga resistente a los antibióticos, no hay cura, la situación está fuera de control”, alertó Castro.

Ismaily Campero, voluntaria de salud de la parroquia Guaniamo en el municipio Sucre, también detalló sobre los casos de indígenas que mueren por la crisis en el sector salud.

Precisó que diariamente se presentan 20 nuevos casos de paludismo y malaria, entre mujeres, hombres, niños y recién nacidos.

“Es un brote sumamente peligroso y alarmante, la parasitosis está fuera de control”, afirmó.