La explotación del Arco Minero del Orinoco secaría los afluentes de las presas de Guri, Macagua I y II, y Caurachi.
El Gobierno venezolano continúa firme en su plan de otorgar a trasnacionales las concesiones para la exploración y explotación del Arco Minero del Orinoco, sin contar con las consecuencias que traería a corto, mediano y largo plazo, entre ellas la del suministro de electricidad en el país.
Los dirigentes de La Causa R, Andrés Velásquez y el diputado Américo De Grazia, pioneros en advertir sobre las consecuencias del Arco Minero, reiteran sus denuncias sobre la anarquía en las zonas mineras del estado Bolívar, conllevando a la depredación de bosques y ríos, así como a las familias indígenas que habitan en las zonas adyacentes.
“La anarquía y violencia en Guayana, por el desorden propiciado desde el alto Gobierno nacional y regional con la explotación minera y el Arco Minero, vienen a añadir más caos, no sólo en el seno de la población minera, de todos los pueblos del sur y oeste de Guayana, sino contra el medio ambiente”, manifestó De Grazia.
Sin electricidad
Asimismo, advirtió que “le están cayendo a palo limpio a nuestros bosques y ríos, por lo que se corre el riesgo de que a vuelta de pocos años comiencen a secarse los afluentes de las presas de Guri, Macagua I y II, Caurachi y la aún no terminada Tocoma, con el consiguiente riesgo de el país quede sin electricidad”.
Es de recordar que la represa de Tocoma estaba pautada para ser terminada en 2010, pero a la fecha la obra no está concluida. Su consecuencia se vio reflejada durante la crisis eléctrica del año pasado, atribuida al fenómeno climático El Niño, sin contar con la falta de mantenimiento que requería la represa de Macagua para que su cota no llegara a tan bajos niveles, casi en la zona de riesgo, los 240 msnm.