Dicen que la salud no tiene precio, sin embargo las medicinas que comienzan a aparecer en Venezuela, tienen reflejado en bolívares, el precio del dólar actual que es de 4 mil 579 bolívares. Un ejemplo de ello, son las pastillas para la hipertensión, las cuales se encuentran en precios que van desde los 32 mil hasta los 43 mil bolívares, tomando en cuenta que este último monto supera el salario mínimo de un venezolano que es 40 mil 638 bolívares.
Los medicamentos, que según el Convenio Cambiario N° 35 deberían importarse a 10 bolívares por dólar, están adquiriéndose a dólar paralelo lo que dificulta el acceso de los pacientes a las medicinas debido a sus altos costos.
“No se pueden dolarizar los medicamentos. El Estado financia a los pacientes y por eso hay dólares preferenciales. Debemos velar porque las empresas que reciben los dólares preferenciales sigan funcionando”, denunció en Unión Radio Freddy Ceballos, presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (FFV).
Sostuvo que con estos precios se acabará la escasez de medicamentos, “pero el paciente no lo va a poder comprar y eso hay que atacarlo, produciendo en Venezuela”. Por ejemplo, una caja del antibiótico Ciprofloxacina de 16 comprimidos de 500 miligramos cada uno, que sirve para atacar la neumonía, tiene un valor de 20 mil 500 bolívares, lo que representa más de la mitad de un salario mínimo.
Considerando que el salario mínimo integral de un venezolano de 148 mil 638,15 bolívares, sumando el sueldo mínimo más bono de alimentación, tendría que destinar 14% de su ingreso en adquirir una cajita de ese antibiótico. Entretanto, una caja del antihipertensivo Losartán de 60 comprimidos de 100 miligramos cada uno, elaborado por un laboratorio de Portugal, Bluepharma, e importado por una empresa nacional; se ubica en Bs 32 mil 750.
El representante de la Federación Farmacéutica de Venezuela advirtió que, según la Asociación Venezolana de Distribuidores de Equipos Médicos, Odontológicos, de Laboratorio y Afines (Avedem), más de 50 farmacias del país han bajado sus santamarías. “No se puede entender que un Gobierno vea que están cerrando empresas y no haga nada”, agregó.