El dirigente laboral José Bodas, denuncia que las comunidades de Anzoátegui cercanas a los desarrollos petroleros hoy son más pobres.
En Anzoátegui, la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) olvidó la política del buen vecino aplicada en el pasado reciente por empresas de la llamada Apertura Petrolera, para convertirse en agresora de las comunidades que subsisten viendo sólo las consecuencias negativas de la explotación de crudo.
Al hacer el planteamiento, José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), afirma que contrario al discurso, en la práctica las comunidades adyacentes a refinerías, pozos o complejos en Anzoátegui, lejos de experimentar progreso, han visto mermada su calidad de vida.
“PDVSA ha olvidado la política del buen vecino y más bien la gerencia de la industria pareciera haberse convertido en agresor de las comunidades y se palpa en el día a día, porque las poblaciones de estados petroleros como Zuata y San Diego de Cabrutica en la zona sur del estado o Píritu y Puerto Píritu en el oeste padecen la falta de agua, electricidad y transporte por mencionar solo algunos de los problemas más graves”.
Bodas, quien ha sido mal visto por las denuncias contra la malas políticas de PDVSA y los daños causados al ambiente por la explotación petrolera, afirma que el Proyecto de Ley del Coque que está en vías de aprobación por parte de la Asamblea Nacional, podría ayudar a resarcir los daños ocasionados al estado Anzoátegui hasta ahora.
“ A más de 100 años de explotación petrolera , aún tenemos poblaciones a oscuras, donde la gente no sabe los que es recibir agua por tubería, ni disfrutar de un servicio continuo de luz eléctrica y menos transitar por calles asfaltadas, lo que hay es miseria”.
Instalaciones se caen a pedazos
Otro de los aspectos que según el dirigente laboral debe ser tomado en cuenta y corregido, es la falta de inversión en las instalaciones petroleras, lo que considera la causa fundamental de los recurrentes accidentes ocurridos en los últimos años.
Advierte que en el caso del Coque, su almacenamiento al aire libre en los patios del Condominio Industrial José Antonio Anzoátegui, además de representar un peligro por ser material inflamable, constituye una amenaza para la salud de la población y el ambiente.
Por otra parte y en cuanto al personal que labora en la industria petrolera, refiere José Bodas que se está absorbiendo la mano de obra del estado, aunque esté calificada, obligando a muchos hombre y mujeres a permanecer ociosos, trasladarse a otro estado o en todo caso lanzarse a la aventura de la economía informal.
«Ya la industria petrolera no genera empleo para los anzoatiguenses y muchos han dejado de verla como un vecino ejemplar».