Para la jornada de la Constituyente, el Gobierno dispuso el carnet de la patria como requisito de votación.
En lugar de la cédula de identidad, vigente o vencida, como se acostumbra en cualquier proceso electoral regular, la jornada de la constituyente del pasado 30 de julio exigió el uso del carnet de la patria, teniendo módulos afuera de los centros de votación para emitirlos.
La intención de obligar unas votaciones, de por sí ya cuestionadas en materia constitucional, usando el carnet de la patria fue para poder chequear quienes participaron y quiénes no.
Aunque fácilmente podría saberse con los cuadernos de votación, los cuales estarían siendo solicitados según denuncian algunos trabajadores de empresas básicas, todo se facilitaría con el Código QR, incluso con el número de identificación de cada ficha.
Según el propio Gobierno, al menos 14 millones de venezolanos tienen el carnet de la patria, pero tomando como base el resultado emitido por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, un poco menos del 50% ni se inmutó con las amenazas de ser sacados de las misiones, botados de sus trabajos o no recibir más las bolsas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
“Yo trabajo en Bauxilum y ni me saqué el carnet de la patria ni voté en eso de la Constituyente, si quieren que me busquen y me boten, pero no voy a apoyar esa estafa”, manifestó un trabajador.
Controlar los Clap
Además de amenazas con despedir a trabajadores, la cual sigue en pie, al igual que las denuncias contra gerentes de las empresas por persecución política, antes del 30 de julio representantes de los CLAP acudían casa por casa para ‘recordar’ que de no votar por la Constituyente, serían excluidos de la venta de bolsas de comida subsidiada.
Algunos atendieron a la amenaza, otros hicieron caso omiso. En unos casos se cumplió la advertencia, como recientemente ocurrió en Venalum, donde trabajadores aseguran que luego de ser chequeados en sistema, parte de la nómina recibió su respectiva bolsa del CLAP, el resto no. Para la entrega también usaban el carnet de la patria.
De acuerdo con información del Gobierno, 57% de las personas registradas son mujeres; 32% tienen entre 15 y 35 años de edad; 34% de 35 a 55 años, y 33% más de 55 años; 98% son alfabetizados; 91% tiene acceso a los CLAP y 34 % percibe un ingreso menor al salario mínimo.
Lo que viene con el carnet de la patria
Como si fuera poco a las medidas de coerción que implementó el Gobierno para que los ciudadanos participaran en una Constituyente denunciada como fraudulenta, el vicepresidente de la República, Tarek El Aissami, termina por excluir a quienes no se ajusten al carnet de la patria.
«Nuestro único sistema de gobierno será el carnet de la Patria», dijo Tarek El Aisammi. En este sentido, los que no estén registrados en el carnet de la patria podrían ser excluidos de beneficios sociales tan pronto se instale la Asamblea Nacional Constituyente.
El Gobierno insiste en casi 15 millones de personas han sido carnetizadas; no obstante, desde su creación sigue sin especificarse ha especificado para qué sirve, más allá su uso político y ser requisito para gozar de misiones sociales y contabilizar a votantes en elecciones. La promesa de un cobro de 50 mil bolívares, hasta ahora solo fue un gancho para atraer a los sectores más empobrecidos.