La aplicación de la Carta Democrática no incluye una intervención extranjera directa.
Mucho se ha hablado sobre la aplicación de la Carta Democrática Interamericana en Venezuela por parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) encabezado por su secretario general, Luis Almagro… pero sabe usted ¿qué pasaría si esta se activa?
Para responder esa pregunta, primero debe saber que la Carta Democrática Interamericana, es un mecanismo que se aplica en el caso de que se produjera una ruptura del proceso político institucional o del legítimo ejercicio del poder por un Gobierno elegido democráticamente, en cualquiera de los Estados miembros de la organización, Venezuela es uno de ellos.
Cosa que claramente ocurrió el día de hoy, jueves 30 de marzo, con las sentencias 155 y 156, del Tribunal Supremo de Justicia al habilitar al presidente Maduro a legislar y bloquear a la Asamblea Nacional.
Implicaciones directas para Venezuela
1. Suspensión:
Con la activación de este mecanismo se puede acordar la suspensión temporal de Venezuela ante la OEA. Para que esto ocurra se requiere del voto de los dos tercios de los países que conforman la organización, es decir la aprobación de 34 países.
2. Aislamiento: la exclusión de la organización, limita la capacidad de acción del Gobierno en cuestión, es decir internacionalmente se encuentra aislado y entredicha su gestión administrativa.
3. Orden institucional: ante una alteración del orden constitucional, cualquier Estado miembro de la OEA o su Secretario General, Luis Almagro podrán solicitar la convocatoria del Consejo Permanente para analizar la situación y adoptar las decisiones diplomáticas o de buenos oficios que se estimen convenientes, a fin de garantizar la normalización de la situación alterada.
Lo que no incluye la activación de la Carta Democrática
La intervención extranjera directa, no está prevista en ningún punto o contenido de la Carta Democrática, puesto que eso iría en contra de los principios de no intervención, soberanía e independencia de los Estados.
Cabe acotar que la aprobación de una resolución por parte de una Asamblea General condenando el comportamiento antidemocrático del gobierno representa un triunfo para los sectores democráticos.