Debido a que el Ministerio de Salud no tramitó los permisos de los medicamentos donados que llegaron hace dos meses la aduna solicita a la empresa que los donó pagar 7000 euros por resguardo y estacionamiento.
A pesar que desde hace 60 días Cáritas está tramitando la entrada de los medicamentos donados desde Chile, el Ministerio para la Salud no hizo los estudios ni otorgó los permisos para el ingreso de los fármacos al país por lo que la aduana los colocó en un estatus de abandono legal. Janeth Márquez, directora nacional de Cáritas, explicó que además de la restricción de entrada de las medicinas, la aduana está cobrando 7.000 euros a los donadores para cubrir el costo del resguardo y estacionamiento del envío.
Se trata de 75.000 unidades de medicamentos donados desde Chile para que fuesen distribuidos por Cáritas Venezuela, es decir cerca de tres tonaledas de medicinas.
“En años anteriores habíamos traído todo sin problemas, pero en los últimos 10 años hay restricciones con alimentos, ropa y medicinas. El Ministerio de Salud alega como condición que los medicamentos deben pasar criterios de sanidad, y nosotros entendemos eso, pero estas medicinas venían con las gestiones hechas con el Ministerio de Sanidad de Chile. En el Ministerio de Salud se tenían que hacer las gestiones y observaciones, y eso jamás se concretó. Ahora las medicinas están en abandono legal”, explicó Márquez.
Los medicamentos donados se adquirieron hace cuatro meses y, según información de la empresa donadora, hay un lote de medicamentos que ya deben estar vencidos.
Esta vez se donaron tratamientos para la piel, protectores gástricos, analgésicos, vitaminas y minerales para niños y medicamentos para tratar triglicéridos y colesterol alto.
Márquez puntualizó que se está pidiendo una reunión con el vicepresidente de Economía, Carlos Farías, para que plantee una solución. En caso de que los caminos regulares no lleguen a una solución para evitar la pérdida de las medicinas se llevará el tema a la mesa de diálogo que mantienen el Gobierno y la oposición.
“Quisiéramos que este tema se trabaje en la mesa de diálogo. Que se le denomine canal solidario y no humanitario, pero que se entienda que la Iglesia y Cáritas quieren ayudar y que los trámites de higiene y salud se están haciendo en los países donadores, por lo que no entendemos las trabas. Si hubiesen medicinas en las farmacias no tendríamos que insistir en esto”, puntualizó la directora de Cáritas.