Tras una entrevista en el diario ABC de España, el líder opositor, encarcelado desde el 18 de febrero de 2014, asegura que Venezuela «debe salir por la vía constitucional de este desastre lo más pronto posible»
–¿Cómo durmió el 6 de diciembre?
–Esa noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática. Me dije: ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro pueblo. Pensé en el sufrimiento que han tenido que pasar los venezolanos por culpa de un modelo equivocado, importado, que no se parece en nada a nosotros y que ha tratado de ser impuesto por la fuerza. Reflexioné mucho acerca de los venezolanos que en el pasado confiaron en ese proyecto y defraudados, apuestan por un cambio. Es una obligación de toda la Unidad comunicarles y hacerlos sentir que ese triunfo es de ellos, para ellos y por ellos. Al día siguiente ya pude enterarme por medio de mi abogado de los detalles y de la magnitud de la victoria. Fue un plebiscito. No entre opositores y oficialistas, no. Un plebiscito entre todo un pueblo unido y una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática encabezada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Ese domingo los venezolanos escribimos un nuevo capítulo glorioso en nuestra historia al doblegar a una dictadura a través de los votos. El pueblo, consciente de toda su fuerza, se expresó por el cambio de forma arrolladora y no solo votó, defendió su voto hasta el final. Los venezolanos le pusimos la mano en el pecho a una élite que ha buscado hacernos creer que un país distinto no es posible y demostramos que es posible.
–Solo ha cambiado el Legislativo. El resto de los poderes públicos sigue controlado por el oficialismo.
–Haber ganado representa la conquista para la lucha democrática de una institución fundamental y representa un debilitamiento de la dictadura, en la búsqueda de su quiebre definitivo. Pero también queda claro que para que Venezuela cambie definitivamente debemos recuperar todas las instituciones. Hoy el TSJ nombrado inconstitucionalmente y que se pretende «renovar» entre gallos y madrugadas para incorporar más incondicionales al régimen antes de que se instale la nueva Asamblea, sigue secuestrado, imposibilitando que haya verdadera justicia en Venezuela. El Defensor del Pueblo solo defiende a la dictadura. La Fiscal General de la República protege a los poderosos y en Venezuela las víctimas que se atreven a denunciar son los que terminan acusados y encarcelados. La Contraloría General de la República solo funciona en épocas electorales para inhabilitar a todo el que piensa distinto, mientras de forma cómplice observa el mayor robo y saqueo que se ha hecho al pueblo venezolano en su historia. El CNE nuevamente jugó un triste papel en este proceso electoral, permitiendo la campaña más abusiva de la historia y extendió de manera ilegal la votación el domingo en un acto desesperado de la dictadura. Con la victoria popular del 6-D, la dictadura está debilitada, sí, pero aún mantiene secuestrados a los otros poderes del Estado y como ya anunció Maduro, los usará para desconocer la voluntad del pueblo. Estoy seguro que nuestros diputados de la Unidad se mantendrán firmes y harán respetar la voluntad popular y que debemos manejar la victoria con humildad y serenidad. La dictadura está debilitada, pero aún vivimos en ella y nuestro pueblo votó para cambiar un sistema que lo oprime, que lo humilla y que imposibilita que pueda encontrar las soluciones a sus problemas más sentidos. La dictadura está debilitada y es nuestro deber no darle respiro. Si Maduro y el resto de las cabezas de los poderes secuestrados por una élite corrupta y antidemocrática torpedean el cambio, pues hay que cambiarlos.
«Frente a las inmensas injusticias que sufre el pueblo, no hay espacio para el cálculo político ni para las conveniencias personales»
–¿Cuáles son las tareas prioritarias de la nueva legislatura?
–La nueva Asamblea Nacional no sólo tiene como tarea dictar leyes democráticas, pues tiene el compromiso histórico de impulsar el cambio político que tanto anhela nuestro pueblo. Estamos obligados al reimpulso económico y a establecer una nueva agenda social para todos los venezolanos. Hay que ser responsable con nuestro pueblo, hablándole con la verdad. No habrá solución a los problemas que sufrimos sin que antes hayamos podido lograr el cambio político de la cúpula corrupta que hoy usurpa el poder. ¿Acaso es posible reactivar la producción y por tanto vencer la escasez y la inflación, dos grandes sufrimientos de nuestro pueblo, mientras continúe en el poder un régimen que frente a la paliza electoral usa como argumento principal para explicar su derrota una ficticia «guerra económica»? ¿Es posible solucionar la inseguridad mientras continúe en el poder una dictadura que no es solo cómplice de la delincuencia sino que mantiene secuestrado el Poder Judicial y por tanto, la esperanza de que exista justicia y no reine la impunidad? Hay que salir por la vía constitucional de este desastre lo más pronto posible. Frente a las inmensas injusticias que hoy sufre el pueblo venezolano, no hay espacio para el cálculo político ni para las conveniencias personales. Ante las injusticias, los atropellos y las violaciones a los derechos, se reacciona. A las injusticias se les combate. Yo he decidido enfrentar a esta dictadura en todos los terrenos, tanto en la calle protestando legítimamente, como en lo electoral y en lo moral y estoy convencido de que vale la pena. Se trata de reaccionar frente a la urgencia. Venezuela se cae a pedazos ante nuestros ojos. ¿Cómo le decimos a los venezolanos que viven angustiados las calles con el temor de perder su vidas que debemos esperar hasta año 2019 para cambiar este sistema?, ¿qué le decimos a los venezolanos que hacen colas todos los días y cuya situación económica empeora al mismo tiempo? Como hemos dicho insistentemente: allí están los mecanismos constitucionales. Ratifico el compromiso con mis compañeros de la Unidad para que, tal como acordamos en julio de 2015, demos una discusión profunda sobre cual mecanismo activar para lograr el cambio político: si es el revocatorio, la enmienda, la renuncia o la constituyente.
–En el panorama que describe ¿qué papel le atribuye a los medios de comunicación?
–El régimen ha utilizado un alicate de asfixia a la libertad de expresión: una tenaza es el control y los abundantes medios del Estado y la otra la autocensura y la compra de medios privados por «dueños desconocidos», con capitales de dudosa procedencia. Hay que reconocer las excepciones que han marcado distancia con la línea oficial y que representan un dique de resistencia democrática. En ese sentido, destaco la labor de El Nacional, El Nuevo País, Tal Cual, La Patilla, así como de CNN, NTN24 y ABC.
–¿Cómo debe afrontar el liderazgo político y la sociedad civil la violencia promovida desde el gobierno?
–Afrontar la violencia del régimen en todas sus manifestaciones, física, institucional y comunicacional, comienza por exponerla, por denunciarla en toda su dimensión. Es un error afrontar la violencia del Estado con el silencio, por eso hay que denunciarla ante todas las instancias nacionales e internacionales.
–¿Por qué la oposición, más allá de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), no ha podido unirse en un solo bloque?
–Con respecto a la unidad democrática debemos reconocer que se ha avanzado, pero que queda camino por recorrer. En mi opinión, la unidad más sólida, amplia e incluyente la lograremos mediante la ejecución del acuerdo firmado por la Mesa de la Unidad en julio, en el que nos comprometimos a que en los próximos procesos electorales todas las candidaturas serán seleccionadas por primarias de base, con la participación de todos, una unidad construida de abajo hacia arriba. Vinculado con este proceso, estoy convencido de la importancia de democratizar la estructura de los partidos políticos. Un partido que promueva la democracia debe practicarla a todos los niveles de su organización interna.
«De ser cierto, lo político y moralmente correcto sería que Maduro renunciara o se separara del cargo»
–¿Qué consecuencias puede tener para el gobierno de Maduro los supuestos vínculos con el narcotráfico de altos funcionarios y de familiares?
–Lo primero que debe ocurrir es una explicación de Maduro. El silencio que ha mantenido hasta ahora solo abona su presunta complicidad con el narcotráfico. De ser cierto que los más altos niveles del régimen amparan el narcotráfico, lo político y moralmente correcto sería que Maduro renunciara o al menos se separara del cargo y que se inicie una investigación sobre estos hechos. De no hacerlo por iniciativa propia, corresponderá a la Asamblea Nacional comenzar un proceso con la finalidad de investigar y desmantelar las redes de corrupción y narcotráfico que han penetrado el Estado al más alto nivel.
–¿Qué hará usted desde la cárcel para llevar adelante el cambio político que propone?
–No dejaré de comunicar mi opinión y de buscar el mayor nivel de entendimiento entre el liderazgo político y el pueblo venezolano para avanzar en un camino constitucional y democrático hacia el cambio que merecemos los venezolanos.
–¿Cuál cree que será el impacto para América Latina de la victoria de Mauricio Macri en Argentina?
–La victoria de Macri abre una nueva etapa para las relaciones y la integración de los países de América Latina. Una de las primeras declaraciones como presidente electo fue ratificar su compromiso de invocar la Carta Democrática en el caso de Venezuela. Este es un paso muy importante, puesto que pone en el primer nivel de prioridad la salud democrática y el respeto de los derechos humanos en los países de la región. Con la victoria de Macri podemos hablar de un nuevo ciclo, en el contexto del cual veremos cambios similares en Brasil y Venezuela, entre otros países de la región.